La Conservación Preventiva es el principal pilar antes de llegar a realizar la intervención y/o restauración de nuestras obras.

Analizar los factores que han llevado a degradar o incluso a crear alteraciones irreversibles, es uno de nuestros objetivos.

A través de una metodología establecida podemos relentizar el envejecimiento natural de los materiales, preservando su estado y evitando intervenciones que pueden ser invasivas o en ocasiones incluso degenerar en un aceleramiento de la degradación de nuestras obras.

La Conservación Preventiva contempla diversos factores como pueden ser, entre otros:

- la incidencia de la luz y sus diferentes longitudes de onda (causa de múltiples alteraciones en función de los materiales)

- el control de Humedad Relativa y Temperatura (la carencia de estabilidad ambiental puede ser fuente de múltiples infecciones, así como degradación de soportes y barnices)

- los sistemas de almacenaje y transporte (es súmamente importante implantar protocolos al respecto que garanticen la estabilidad de nuestras obras durante su no exposición o durante los períodos de tránsito)

- la creación de instrucciones de manipulación y/o montaje (a nivel particular, los coleccionistas deben poseer intrucciones -como las instituciones- para evitar posibles daños o reinterpretaciones durante la instalación.

- los sistemas de presentación (enmarcados, vitrinas, plintos, etc); es sumamente importante valorar no sólo el emplazamiento de las obras, sino también la composición de los materiales que las rodean; así como su exposición a factores mediambientales y la periocidad de éstos.

- el control microbiológico (un riguroso estudio de los espacios, paramentos, calidad del aire, renovación de éste, etc.) puede evitar la infección de nuestras colecciones e incluso preveer degradaciones futuras que podrían ser de carácter irreversible.